El sábado 16 de agosto de 2025, a la medianoche, cerró el plazo para inscribir las listas parlamentarias en Chile, y con él, quedó definido el mapa político que enfrentará a los votantes el 16 de noviembre. Cinco pactos, fruto de semanas de negociaciones, rupturas y alianzas inesperadas, se presentaron ante el Servicio Electoral de Chile (SERVEL), marcando una de las elecciones más fragmentadas en la historia reciente del país. La división no solo afecta al oficialismo, sino también a la oposición, donde la extrema derecha logró unir fuerzas mientras la derecha tradicional se veía obligada a reajustar su estrategia. El resultado: una papeleta llena de matices, donde el voto ya no se reduce a izquierda o derecha, sino a coaliciones que se desgajan como cristales.
Los cinco pactos que definirán el Congreso
El SERVEL confirmó oficialmente el 19 de agosto la inscripción de cinco bloques. El primero en registrar su lista fue Cambio por Chile, el 8 de agosto, un pacto que reúne al Partido Republicano de Chile, el Partido Nacional Libertario y el Partido Social Cristiano, junto a independientes. Este bloque, que respalda a José Antonio Kast y Johannes Kaiser en las presidenciales, rompió definitivamente con Chile Vamos, la coalición histórica de la derecha. Su inscripción fue un golpe simbólico: la extrema derecha ya no se esconde tras el nombre de partidos tradicionales, sino que avanza con identidad propia.
En el otro extremo, Izquierda Ecologista Popular Animalista y Humanista —con el Partido Humanista, Igualdad e independientes— se presentó con 8.412 militantes registrados, según BioBioChile. Su propuesta es claramente transversal: ecología, derechos animales y justicia social, pero con una base electoral aún incipiente.
El pacto más amplio, sin embargo, es Unidad por Chile, que agrupa al Partido Socialista, el Frente Amplio, el Partido Comunista de Chile, el Partido Demócrata Cristiano, el Partido Liberal, el Partido por la Democracia y el Partido Radical. Es la heredera del bloque que respalda al presidente Gabriel Boric, pero... no es la única.
La grieta en el oficialismo: por qué no hubo una sola lista
El presidente Boric había insistido desde marzo: "Queremos una sola lista para no dividir el voto progresista". Pero la realidad política se impuso. El Federación Regionalista Verde Social y el Partido Acción Humanista decidieron no unirse a Unidad por Chile. Según La Tercera, lo hicieron por "la supervivencia legal de sus casas políticas" —es decir, no querían perder su identidad en una coalición demasiado grande. Así nació el quinto pacto: Verdes, Regionalistas y Humanistas. Un gesto que, aunque pequeño en número de militantes, representa una fractura profunda: el progresismo chileno ya no se ve como un bloque homogéneo.
Jeannette Jara, del Partido Comunista de Chile y ganadora de la primaria oficialista, ya tiene su nombre en la papeleta. Podría actualizar su programa de gobierno hasta el lunes tras el cierre de inscripciones, según fuentes de La Tercera. Su presencia en la lista de Unidad por Chile es clave: es la única mujer en la carrera presidencial que también se postula al Congreso, y su perfil podría movilizar a votantes urbanos jóvenes y feministas.
La derecha se reorganiza: Chile Grande y Unido
En el lado conservador, el pacto Chile Grande y Unido —integrado por Renovación Nacional, la Unión Demócrata Independiente, Evolución Política, Partido Demócratas Chile e independientes— surgió tras un intenso conflicto. Al principio, Chile Vamos intentó imponer una lista única, pero los partidos más pequeños, como Demócratas, se sintieron marginados. "No nos dieron los cupos que reclamábamos", dijo un dirigente a Mega Noticias. La solución: formar una coalición alternativa que, aunque más pequeña, logró unificar a la derecha moderada y conservadora bajo un mismo techo. Es un intento de contener el auge de la extrema derecha sin caer en su lógica.
El escenario completo: 1.096 diputados y 125 senadores en juego
El SERVEL autorizó un total de 1.096 candidaturas para la Cámara de Diputados y 125 para el Senado, según el Centro de Estudios Legislativos (CELAG). Pero eso no es todo: seis partidos permanecen fuera de pactos, y seis candidatos independientes competirán sin respaldo partidario. El resultado es un panorama electoral caótico, donde el voto puede dispersarse fácilmente. Las elecciones parlamentarias se realizarán el mismo día que la primera vuelta presidencial, con ocho candidatos en la carrera —una cifra récord que refuerza la desintegración del sistema de partidos tradicional.
La propaganda electoral se extenderá hasta el jueves 13 de noviembre, tres días antes de las votaciones. Eso significa que los últimos días de campaña se vivirán con una intensidad inusual, especialmente en regiones donde los pactos más pequeños luchan por visibilidad.
¿Qué significa esto para Chile?
Este escenario no es solo técnico. Es político, cultural y simbólico. La fragmentación revela que los chilenos ya no se identifican con las grandes coaliciones del pasado. La derecha ya no es una sola; la izquierda tampoco. El voto progresista se divide entre quienes quieren reformas radicales y quienes prefieren un camino más institucional. La extrema derecha, por su parte, ya no es un ruido de fondo: es un actor con estructura, militancia y recursos.
El resultado del 16 de noviembre determinará si Chile sigue en una lógica de coaliciones amplias y negociadas —como en la transición democrática— o si entra de lleno en una era de partidos pequeños, alianzas efímeras y gobiernos de minoría. Para muchos analistas, esto no es una crisis: es la normalidad nueva.
Frequently Asked Questions
¿Por qué se dividió el oficialismo en dos pactos si el presidente Boric quería una sola lista?
A pesar del deseo del presidente Gabriel Boric de una coalición única, el Federación Regionalista Verde Social y el Partido Acción Humanista decidieron no unirse a "Unidad por Chile" para preservar su identidad política. Según La Tercera, temían perder su autonomía dentro de una coalición demasiado grande. Esto generó el segundo pacto oficialista: "Verdes, Regionalistas y Humanistas".
¿Qué impacto tendrá la fragmentación en la gobernabilidad del próximo Congreso?
Con cinco pactos y seis partidos sin alianza, será casi imposible alcanzar mayorías simples sin negociaciones constantes. Esto podría paralizar la aprobación de leyes clave, como reformas tributarias o constitucionales. El gobierno de Boric, si logra reelegirse, enfrentará un Congreso aún más fragmentado que el actual, lo que obligará a buscar acuerdos día a día, no por bloques.
¿Cómo se compara este escenario con las elecciones anteriores?
En 2021, solo tres pactos se inscribieron para las parlamentarias. Hoy hay cinco, más seis partidos independientes. La tendencia es clara: la desconfianza en los partidos tradicionales crece, y los movimientos regionales, ecológicos o ideológicos buscan espacio. Es un fenómeno similar al de España o Italia, donde los partidos pequeños ganan peso sin necesidad de ser mayoritarios.
¿Quiénes son los principales candidatos en juego?
Jeannette Jara (PC) es la figura más visible del oficialismo, tras ganar la primaria. En la oposición, los republicanos y socialcristianos apoyan a José Antonio Kast, mientras que los libertarios impulsan a Johannes Kaiser. En el pacto "Chile Grande y Unido", figuran líderes de Renovación Nacional y UDI que buscan reconstruir una derecha moderada. Los independientes también podrían sorprender en regiones como Valparaíso o Aysén.
¿Qué papel juegan los independientes en este proceso?
Seis candidaturas independientes competirán sin respaldo partidario, lo que refleja el descontento con los partidos tradicionales. Algunos son exfuncionarios públicos o líderes sociales con fuerte arraigo local. Aunque no tienen recursos de campaña comparables, su presencia puede desviar votos clave en distritos cerrados, especialmente en zonas rurales o periféricas donde los pactos no tienen presencia fuerte.
¿Cuándo termina la campaña electoral y qué implica?
La propaganda electoral oficial finaliza el jueves 13 de noviembre de 2025, tres días antes de las elecciones. Eso significa que los últimos días serán decisivos: los últimos debates, los anuncios de última hora y los cierres de campaña podrán mover intenciones de voto. Con tantos pactos y candidatos, los últimos días podrían ser los más caóticos y decisivos de la campaña.
Escrito por Cristobal Pizarro
Soy un periodista y escritor especializado en noticias diarias de Chile. Me apasiona mantener a la gente informada sobre los eventos más recientes y significativos. Mi trabajo me permite conectar con diversas audiencias y ofrecerles una visión crítica y detallada de la actualidad. Además, disfruto de explorar y narrar las historias que afectan a nuestra sociedad diariamente.
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