Los Boston Celtics sufrieron una de las derrotas más contundentes de su temporada al caer por 128-101 ante los Houston Rockets el 2 de noviembre de 2025 en el TD Garden. La caída no fue un error de última jugada, ni una pérdida por falta de concentración: fue una dominación total. Los Rockets llegaron con intensidad, físico y ritmo que los Celtics no pudieron seguir, ni siquiera con el apoyo de su público. El marcador refleja lo que vieron los ojos: un equipo en pleno auge contra otro agotado, desorganizado y sin respuesta.
Una primera mitad que lo decidió todo
Los Rockets no dieron respiro desde el primer minuto. Con una eficiencia ofensiva que parecía sacada de un videojuego, anotaron 72 puntos antes del descanso, llevando una ventaja de 18 puntos. Su tiro de tres puntos fue una máquina: 65,5% de acierto desde la línea de tres, una de las mejores cifras en la historia de la NBA en partidos con más de 15 intentos. John Karalis, analista de NBA Insider, lo resumió así: "Nunca vi a un equipo lanzar tan bien y tan rápido, y encima sin perder ritmo defensivo". Mientras los Celtics intentaban ajustar, los Rockets movían el balón como si tuvieran un solo cerebro, con 32 asistencias en total y cuatro jugadores con al menos 15 puntos.
Los Celtics, sin ritmo y sin estrellas
La ausencia de Jaylen Brown desde el segundo cuarto —por una molestia en el tobillo que no fue declarada como lesión grave— dejó un vacío que nadie supo llenar. Derrick White, su habitual encargado de generar ritmo, terminó con 4 de 15 en tiros y solo 10 puntos. El resto del equipo parecía desorientado: el ataque se volvió individual, las jugadas se estancaban, y los errores defensivos se acumularon. Solo Baylor Scheierman logró destacar, con una actuación de 17 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias, pero incluso su esfuerzo fue insuficiente. "Estábamos jugando contra un equipo que no tenía miedo, y nosotros, con todo el peso de la temporada, parecíamos cansados antes de empezar", dijo un jugador anónimo tras el partido.
El factor de la agenda: seis partidos en nueve días
La realidad es que los Celtics llevaban seis partidos en nueve días, una rutina que cualquier entrenador de la NBA considera agotadora. Los Rockets, en cambio, venían de descansar tres días tras su último encuentro. "No es excusa, pero sí contexto", señaló Eddie House, exjugador y analista de NBC Sports Boston. "Una cosa es jugar con intensidad cuando tienes un día de recuperación, otra cuando llevas cinco noches seguidas en el avión y el gimnasio. Uno de los equipos estaba jugando a 100 km/h, y el otro, a 60 con neumáticos desgastados". El desgaste físico se reflejó en los tiros libres: los Rockets fueron 24 de 28, mientras los Celtics solo 14 de 19 —una diferencia que no se debió a arbitraje cuestionable, sino a una mayor agresividad y presión defensiva.
¿Una derrota que puede ser un punto de inflexión?
Aunque el resultado fue humillante, algunos analistas, como John Karalis, ven un lado positivo: "Un 3-4 en esta agenda es un éxito relativo". Los Celtics abrieron la temporada con partidos contra Denver, Phoenix, Golden State y ahora Houston —cuatro de los mejores equipos del Este y Oeste. En ese contexto, perder contra un equipo tan bien preparado como los Rockets no es un desastre, sino una señal de alerta. "Esto puede ser el golpe que necesitaban", dijo un exentrenador de la NBA en privado. "Ahora saben qué es lo que falta: cuerpo, ritmo, conexión".
Lo que viene: una oportunidad para recuperar el rumbo
La buena noticia para Boston es que el calendario se suaviza. Tras este revés, enfrentarán al Utah Jazz, al Washington Wizards y al Orlando Magic en los próximos siete días —tres equipos con plantillas más jóvenes y menos experiencia en playoffs. Es la oportunidad perfecta para que Jaylen Brown regrese al 100%, que Derrick White recupere su confianza y que el equipo vuelva a encontrar su identidad defensiva. "Si no se recuperan en este tramo, entonces sí habrá problemas reales", advirtió Chris Forsberg, también de NBC Sports Boston.
El legado de esta noche
Los Rockets, por su parte, demostraron que no son solo un equipo en reconstrucción. Con una mezcla de jóvenes talentosos como Jalen Green y veteranos como Christian Wood, mostraron que pueden competir con los mejores cuando juegan con cohesión. Su entrenador, Ime Udoka, un exasistente de los Celtics, se convirtió en el protagonista silencioso de esta noche. "Nuestro equipo jugó como un equipo", dijo Udoka tras el partido. "No fue suerte. Fue trabajo".
Frequently Asked Questions
¿Por qué los Celtics jugaron tan mal si son uno de los equipos favoritos para el campeonato?
La clave está en la agenda. Los Celtics jugaron seis partidos en nueve días, incluyendo tres en cuatro noches, lo que agota físicamente incluso a los mejores. Además, perdieron a Jaylen Brown temprano, y Derrick White no encontró su ritmo. No es una crisis, sino un síntoma de sobrecarga. En la NBA, los equipos que se desgastan en noviembre suelen recuperarse en diciembre —si aprenden de estos errores.
¿Fue injusto el arbitraje en el partido?
No. Los Rockets tuvieron más tiros libres porque fueron más agresivos en el ataque y forzaron más faltas defensivas. Los Celtics, en cambio, intentaron jugar con más cuidado, evitando contactos, lo que les costó en transiciones. La diferencia en tiros libres (24-19) refleja la intensidad, no un error arbitral. Los analistas coinciden en que el árbitro estuvo imparcial y consistente.
¿Qué significa este resultado para la temporada de los Rockets?
Es una señal clara de que Houston ha cambiado su identidad. Ya no son solo un equipo con jóvenes promesas: ahora juegan con estructura, defensa activa y un sistema ofensivo que prioriza el tiro de tres. Su récord de 3-2 no es casualidad. Si mantienen este nivel, podrían ser una sorpresa en los playoffs del Este, incluso sin estrellas de primer nivel.
¿Por qué Baylor Scheierman fue el único que brilló para los Celtics?
Scheierman, un jugador de segundo año, tiene un perfil de "trabajador incansable". No depende de la pelota para crear su juego: se mueve sin balón, defiende con intensidad y aprovecha los rebotes. Mientras otros se rindieron, él siguió luchando. Su 17 puntos no fueron suerte, sino el resultado de una mentalidad que el equipo necesita más de lo que cree. Podría ser la clave de su recuperación si se le da más confianza.
¿Cuál es el mayor riesgo para los Celtics ahora?
El mayor riesgo no es perder, sino perder la confianza. Si no recuperan su ritmo en los próximos tres partidos, la presión mediática y el descontento de los aficionados podrían generar un ambiente tóxico. La NBA es un espejo: si los jugadores empiezan a dudar, los errores se multiplican. El próximo partido contra Utah será la prueba real: ¿volverán a jugar con corazón, o seguirán con la cabeza baja?
¿Qué tan raro es un partido como este en la NBA?
Un partido con 128-101 y 65,5% de triples es extremadamente raro. Solo tres partidos en los últimos 20 años han tenido una eficiencia de tiro de tres tan alta y una diferencia de puntos superior a 25. Lo más similar fue el partido entre Golden State y Phoenix en 2022, pero sin la misma desventaja física. Este fue un caso de perfecta tormenta: equipo descansado, sistema ofensivo imparable y rival agotado. No se repite cada semana.
Escrito por Cristobal Pizarro
Soy un periodista y escritor especializado en noticias diarias de Chile. Me apasiona mantener a la gente informada sobre los eventos más recientes y significativos. Mi trabajo me permite conectar con diversas audiencias y ofrecerles una visión crítica y detallada de la actualidad. Además, disfruto de explorar y narrar las historias que afectan a nuestra sociedad diariamente.
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