En un contexto de crecientes tensiones sobre cómo organizar el acceso a la educación, Chile ha tomado una decisión controvertida al optar por suspender el Sistema de Admisión Escolar (SAE) para 2025. Esta medida ha sacudido la ya compleja escena educativa del país, suscitando intensos debates tanto en el ámbito político como en el público general. La SAE ha sido la piedra angular del sistema de asignación de plazas escolares, utilizando un mecanismo similar a una lotería para garantizar la distribución justa de oportunidades académicas. Sin embargo, este método ha sido objeto de críticas constantes de quienes lo consideran injusto y restrictivo para la elección de los padres.
El Diputado Sergio Bobadilla, miembro de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ha sido el principal defensor de la suspensión del SAE. Argumenta que este sistema, al funcionar como una 'tómbola', impide que los padres tengan un control real sobre la educación de sus hijos. Según Bobadilla y sus seguidores, el sistema actual no refleja adecuadamente los deseos y aspiraciones de las familias, quienes deberían tener la última palabra sobre el destino académico de sus hijos. Su propuesta fue respaldada en una ajustada votación en la Cámara de Diputados, con 72 votos a favor, 53 en contra y seis abstenciones, generando una mezcolanza de opiniones encontradas en el arco político chileno.
El Ministro de Finanzas, Mario Marcel, ha expresado serias preocupaciones sobre la constitucionalidad de eliminar el SAE sin un plan alternativo robusto. A su juicio, esto podría acarrear graves problemas en el acceso a la educación, ya que el estado actual de la planificación no contempla una solución que mantenga el equilibrio entre igualdad de acceso y elección parental. La posibilidad de un recurso ante la Corte Constitucional está en el horizonte si el Ejecutivo decide impugnar la medida, lo que podría desatar una complicada batalla legal.
El impacto de estas decisiones va más allá del sistema de admisión. El presupuesto para el Ministerio de Educación para 2025 se aprobó con ciertas omisiones notables, como la falta de financiación para los Servicios Locales de Educación (SLEP) y la ausencia de ayuda para estudiantes sancionados bajo la Ley de Aula Segura. Estas restricciones destacan cambios significativos que pueden alterar el paisaje educativo en Chile, afectando directamente a estudiantes, padres y escuelas.
La suspensión del SAE ha reavivado las conocidas divisiones entre críticos y defensores del sistema. Mientras que los opositores del SAE celebran el cambio y ven una oportunidad para reformar el proceso de admisión, los defensores del sistema actual sostienen que este es vital para asegurar la equidad en el acceso a la educación. Están convencidos de que el sistema, aunque imperfecto, ha sido una fuerza niveladora en una sociedad con profundas desigualdades.
Aún queda un largo camino por delante antes de que esta decisión se convierta en una realidad definitiva. El próximo desafío será lograr el respaldo del Senado, donde se anticipa un debate igualmente acalorado. Además, la posibilidad de enfrentar desafíos legales si el Ejecutivo opta por llevar el asunto a la Corte Constitucional añade un nivel adicional de incertidumbre.
En este clima de incerteza, la educación chilena enfrenta un cruce de caminos crucial. Las decisiones que se tomen ahora podrían no solo cambiar la manera en que se asignan las plazas escolares, sino también moldear el rol que el Estado jugará en esta crucial parte de la vida de millones de estudiantes. La pregunta en el aire es si será posible encontrar un equilibrio entre garantizar la igualdad de acceso y permitir una mayor libertad de elección a los padres, sin recurrir a medidas que puedan dividir aún más el panorama educativo chileno.
Escrito por Ezequiel Obregón
Soy un periodista y escritor especializado en noticias diarias de Chile. Me apasiona mantener a la gente informada sobre los eventos más recientes y significativos. Mi trabajo me permite conectar con diversas audiencias y ofrecerles una visión crítica y detallada de la actualidad. Además, disfruto de explorar y narrar las historias que afectan a nuestra sociedad diariamente.
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