Lo que pasó anoche en Denver no fue solo una victoria más. Fue una declaración de Denver Nuggets en esta serie de los Playoffs NBA contra los Clippers: aquí nadie va a regalar nada. El equipo dirigido por Michael Malone aplastó a los angelinos con un 131-115 que mete miedo, pero sobre todo, los deja a las puertas de sellar su pase a la siguiente ronda.
La clave del espectáculo estuvo en dos nombres que encendieron el Ball Arena: Jamal Murray y Nikola Jokić. El escolta firmó una actuación que los aficionados tardarán en olvidar: 43 puntos, con canastas importantes cuando más caliente estaba la cosa. Ya en el último cuarto, Murray demostró esos nervios de acero y la capacidad de sentenciar partidos que tanto buscan las franquicias en primavera.
Por su parte, Jokić hizo lo suyo: controlar el ritmo, repartir juego y rebotear como casi nadie sabe. El serbio se apuntó otro triple-doble, esta vez con 12 asistencias, 10 rebotes y un puñado de tapones decisivos que frenaron el intento de reacción angelino. Eso sí, la defensa de Jokić fue igual de valiosa que su creatividad en ataque.
No fue solo una noche de dos hombres, ojo. Russell Westbrook sorprendió a propios y extraños. Desde la banca, aportó energía tanto atrás como adelante. Su intensidad contagió al grupo, y por momentos parecía estar en todos lados, cortando pases y lanzando contragolpes.
Otros nombres se sumaron a la fiesta: Aaron Gordon, con una presencia física notable y un triple casi sobre la bocina en la recta final, calmó cualquier atisbo de remontada. Y ojo al trabajo de Christian Brown, que respondió bien cuando le tocó entrar, con robos clave y defensa sobre los tiradores de los Clippers.
En el bando angelino, Kawhi Leonard e Ivica Zubac intentaron cargar con el peso ofensivo. Leonard, como siempre, tiró de galones y buscó recortar la brecha, pero se topó una y otra vez con un entramado defensivo de Denver que obligaba a los Clippers a forzar tiros incómodos. Zubac, por su parte, peleó cada rebote y no dudó en fajarse en la pintura, aunque el esfuerzo individual no bastó para evitar el hundimiento colectivo.
Los de Los Ángeles llegaron a insinuar una reacción en el último cuarto. Hubo un tramo en el que apretaron y recortaron la diferencia, pero la superioridad numérica, táctica y anímica de los de Colorado se hizo sentir. Cuando Gordon clavó ese triple en los minutos finales, el público explotó y la moral de los Clippers, sencillamente, se desplomó.
Con tres victorias consecutivas, Denver demuestra que no solo depende de sus estrellas. El equipo ha encontrado un equilibrio casi perfecto entre aportaciones colectivas y momentos brillantes individuales. Esta combinación les permite ajustar en defensa, encontrar siempre al hombre abierto en ataque y, cuando hace falta, dejar que Murray o Jokić resuelvan. Así, nadie se anima a ponerles techo en estos Playoffs NBA. ¿Lograrán confirmar la clasificación en el próximo partido?
Escrito por Ezequiel Obregón
Soy un periodista y escritor especializado en noticias diarias de Chile. Me apasiona mantener a la gente informada sobre los eventos más recientes y significativos. Mi trabajo me permite conectar con diversas audiencias y ofrecerles una visión crítica y detallada de la actualidad. Además, disfruto de explorar y narrar las historias que afectan a nuestra sociedad diariamente.
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