¿Te has preguntado si el objetivo de un profesor es ganar reconocimiento o servir a sus estudiantes? Es una pregunta que aparece en cada reunión de equipo, en cada charla de desarrollo profesional y, sobre todo, en los momentos en que vemos un aula vibrante o una clase que se vuelve rutinaria.
En este artículo vamos a desmenuzar ese dilema, comparar ambas posturas y ofrecer casos concretos que te ayuden a decidir qué camino seguir en tu práctica diaria. No buscas una teoría abstracta; buscas ideas que puedas aplicar hoy mismo.
Ganar suele asociarse con logros visibles: mejores notas, premios a la excelencia docente, reconocimiento de la comunidad educativa. Es la visión de un profesor estrella que se lleva el aplauso cada vez que su grupo supera una meta. Este enfoque puede motivar, pero también crear una presión constante por mantener el rendimiento.
Servir, por otro lado, se centra en el proceso y en el bienestar del estudiante. El éxito se mide en la confianza que el alumno gana, en la curiosidad que despierta y en la capacidad de aprender a aprender. El docente que sirve no busca el reconocimiento personal, sino el crecimiento integral de sus pupilos.
Ambas actitudes no son mutuamente excluyentes. Un maestro puede celebrar resultados académicos (ganar) mientras construye relaciones de apoyo (servir). La clave está en equilibrar ambos valores para que ninguno anule al otro.
1. El proyecto de ciencias de la escuela Valparaíso: Un profesor de física decidió que, en vez de evaluar solo el experimento final, había que valorar el proceso de investigación. Los alumnos presentaron sus hipótesis, fallos y descubrimientos. El proyecto ganó un premio regional (ganar) y, lo más importante, los estudiantes reportaron mayor interés por la ciencia (servir).
2. Clase de inglés en una escuela rural: La docente implementó sesiones de conversación donde no había calificaciones inmediatas. El objetivo era que los niños se sintieran cómodos usando el idioma. Al final del semestre, los resultados de los exámenes fueron modestos, pero los estudiantes pudieron mantener una charla de 10 minutos sin ayuda. Aquí el foco estuvo en servir; el reconocimiento llegó cuando la comunidad pidió replicar la metodología.
3. Mentoría grupal en la universidad: Un docente senior organizó un programa de mentoría entre estudiantes de último año y de primeros semestres. El programa se promocionó como una iniciativa “ganadora” por los resultados de retención estudiantil. Al mismo tiempo, los mentores desarrollaron habilidades de liderazgo y empatía, evidenciando el aspecto de servir.
¿Qué puedes extraer de estos ejemplos? Primero, define qué métricas usarás para evaluar tu trabajo: notas, participación, confianza, creatividad. Segundo, comunica a tus estudiantes y colegas cuál es tu objetivo principal en cada actividad. Tercero, revisa constantemente si la balanza entre ganar y servir sigue equilibrada.
En la práctica diaria, puedes probar pequeñas acciones: dedicar 5 minutos al final de la clase a preguntar a cada alumno qué aprendió y cómo lo aplicará (servir), o celebrar públicamente un logro colectivo y usarlo como motivación para el próximo reto (ganar). Con el tiempo, notarás que el reconocimiento genuino surge cuando el servicio es auténtico.
En conclusión, la pregunta ¿ganar o servir? no necesita una respuesta única. Lo que sí necesita es que, como docente, seas consciente de tus motivaciones y ajustes tu enfoque según lo que más beneficie a tus estudiantes. La educación es un juego de dos equipos: el que celebra los éxitos y el que construye los cimientos. Cuando ambos juegan juntos, el resultado es una comunidad de aprendizaje más fuerte y sostenible.
En el reciente episodio de '¿Ganar o servir?', Facundo González dejó a todos boquiabiertos al revelar su relación amorosa pasada con Paloma Fiuza, conocida bailarina brasileña. Facundo calificó a Paloma como 'lo máximo' y explicó que su romance terminó por problemas no resueltos y no por infidelidad.
jun 27 2024