Quien pensó que la serie entre Rockets y Warriors tenía dueño seguro desde el inicio, se llevó una sorpresa en el segundo asalto de los playoffs. En el Toyota Center, los locales mostraron una intensidad y una creatividad táctica que dejaron sin respuesta a los de Steve Kerr. El marcador final, 109-94, no solo refleja una victoria contundente sino un golpe anímico que puede cambiar el rumbo de la eliminatoria.
La noche tuvo un protagonista claro: Jalen Green. El escolta de Houston fue directamente hacia el aro y explotó el perímetro sin piedad. Terminó con 38 puntos (13 de 25 en tiros de campo y 8 de 18 en triples), además de sumar 6 asistencias y 8 rebotes en su mejor actuación de la postemporada. No hubo quien pudiera ponerle freno cuando calentó la muñeca en la primera mitad. Sus triples abrieron una brecha de 13 puntos para Houston y encendieron los ánimos en el pabellón.
Stephen Curry, el motor habitual de los Warriors, estuvo más discreto: 20 puntos en 18 tiros, lejos de los partidos dominantes a los que acostumbra. Golden State, de hecho, empezó la noche con una serie de lanzamientos desde el triple impropia de su reputación: 2 de 13 en el primer cuarto. La falta de fluidez ofensiva, sumada a una defensa de Houston que ajustó sus emparejamientos casi en cada jugada, les hizo remar a contracorriente desde el principio.
Una de las claves inesperadas del triunfo estuvo en los quintetos que planteó el entrenador Ime Udoka. En varios tramos dejó fuera a sus pívots puros y apostó por el llamado “small ball”, utilizando a cinco jugadores bajos y móviles. Esto descolocó a los de San Francisco, que suelen sacar ventajas cuando juegan sin un pívot definido. Esta vez, la jugada salió a favor de los texanos: la defensa fue más agresiva, los rebotes cayeron casi siempre del lado local y la circulación de balón fue demasiado rápida para la defensa de los Warriors.
El reparto de responsabilidades no terminó en Green. Fred VanVleet aportó 17 puntos, la veteranía y el control del ritmo en los momentos más tensos. Alperen Sengun también destacó con 15 puntos y 11 rebotes, moviéndose con inteligencia cerca del aro y aguantando el empuje físico de los interiores rivales.
Golden State, por su parte, nunca encontró un plan alternativo. Draymond Green y Klay Thompson estuvieron erráticos en el tiro, mientras que los suplentes no lograron cambiar el guión. El equipo, uno de los más peligrosos en transición, acabó forzando jugadas individuales sin éxito.
Ahora la serie viaja a California, con la igualdad en el marcador, pero con los Rockets sintiéndose fuertes tras cortar el impulso de un histórico como Golden State. Si Houston mantiene esta intensidad defensiva y sigue apostando por variantes tácticas atrevidas, la eliminatoria podría inclinarse inesperadamente.
Escrito por Ezequiel Obregón
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