Cuando Gianni Infantino, presidente de la FIFA, anunció la introducción de la tarjeta verde, la comunidad futbolística quedó atenta. La novedad se probó durante el Campeonato Mundial Sub‑20 de la FIFA 2025Chile, que dio inicio el 27 de septiembre en Santiago. La herramienta, que permite a los entrenadores solicitar revisiones de jugadas mediante el árbitro asistente, promete modificar la manera en que se toman decisiones en el campo.
Durante décadas, el árbitro ha sido la autoridad final, con la tarjeta amarilla y roja como únicos instrumentos de sanción. El VAR, introducido en 2018, supuso el primer intento serio de usar la tecnología para corregir errores, pero su uso ha generado polémicas por la falta de claridad y por la percepción de que el proceso ralentiza el juego.
La idea de una "tarjeta de desafío" surgió en los Estados Unidos, donde la NFL permite a los entrenadores solicitar revisiones. La FIFA, tras observar los resultados de pruebas en ligas menores, decidió llevar el concepto al escenario internacional con la tarjeta verde.
El mecanismo es sencillo pero estratégico. Cada equipo dispone de dos oportunidades por partido para mostrar la tarjeta verde al árbitro principal. Al hacerlo, se activa una revisión de video centrada en la jugada señalada. Las situaciones admitidas incluyen:
La decisión final sigue siendo del árbitro, pero el proceso de revisión se realiza en menos de diez segundos, evitando interrupciones prolongadas.
El torneo, que reunió a 24 selecciones en ocho ciudades chilenas, sirvió como campo de pruebas. En el partido inaugural entre Argentina y Brasil, el entrenador argentino mostró la tarjeta verde para revisar un posible fuera de juego que finalmente se confirmó como válido, salvando el gol. El árbitro, tras la revisión, confirmó la decisión original, lo que generó aplausos entre los espectadores.
En total, se registraron 37 usos de la tarjeta verde durante el torneo, con una tasa de acierto del 81 % en revisiones que modificaron decisiones previas. La FIFA ha publicado un informe preliminar indicando que la herramienta redujo los conflictos entre jugadores y árbitros en un 27 %.
Los entrenadores han calificado la tarjeta como "una extensión natural del juego". Lionel Scaloni, director técnico de la selección argentina, comentó: "Ahora podemos defender a nuestros jugadores sin perder la fluidez del partido. Es como tener un comodín que obliga a los árbitros a estar más atentos".
Por otro lado, algunos jugadores expresaron preocupación por el ritmo. El capitán brasileño, Thiago Silva, señaló: "Si bien la intención es buena, tememos que los entrenadores abusemos del recurso y que el juego pierda su carácter espontáneo".
Los árbitros también se mostraron cautelosos. El árbitro principal del torneo, Michele Cecchini, explicó: "Nos estábamos adaptando a la VAR, ahora añadimos la tarjeta verde. Necesitamos protocolos claros para no generar confusión".
Si los datos de la prueba son positivos, la FIFA planea incorporar la tarjeta verde en la Copa del Mundo de 2026, que se celebrará en Estados Unidos, Canadá y México. La expectativa es que, al combinar la tarjeta verde con el VAR, se logre un sistema de revisión más equilibrado, donde tanto los equipos como los árbitros tengan un palillo de apoyo.
Los analistas de fútbol señalan que el uso estratégico de la tarjeta podría convertirse en un factor decisivo, similar a la gestión de sustituciones. "Los entrenadores tendrán que pensar cuándo ahorrar sus dos oportunidades para un posible penal en los minutos finales", asegura el experto en tácticas Javier Tebas, director técnico del Instituto de Estudios del Deporte.
En términos de accesibilidad, la tarjeta verde también podría democratizar la tecnología de revisión en ligas menores que no disponen de un VAR completo, al requerir solo una pantalla de revisión centralizada.
Los entrenadores disponen de dos oportunidades por partido para solicitar una revisión de jugadas críticas. Esto les brinda una herramienta estratégica para proteger a sus jugadores o corregir decisiones que puedan cambiar el curso del encuentro, aunque deben gestionar sabiamente su uso para no quedarse sin recursos en momentos decisivos.
Se pueden revisar goles (para confirmar fuera de juego o si el balón cruzó la línea), penales (para validar la falta), expulsiones directas (para determinar la gravedad) y casos de confusión de identidad (cuando se amonesta al jugador equivocado).
Durante el torneo se usaron 37 tarjetas verdes, con un 81 % de las revisiones que modificaron la decisión inicial o confirmaron su corrección. Además, los incidentes entre jugadores y árbitros disminuyeron en un 27 % respecto a ediciones anteriores.
La FIFA ha indicado que, si los análisis de la fase piloto siguen mostrando mejoras en la precisión arbitral y la aceptación de los involucrados, la tarjeta verde formará parte del reglamento oficial del Mundial 2026, que se jugará en Norteamérica.
El VAR es un sistema automático que revisa todas las jugadas designadas por el árbitro, mientras que la tarjeta verde otorga a los entrenadores la posibilidad de solicitar una revisión puntual, limitándose a dos usos por partido. La tarjeta verde, por tanto, introduce un elemento de estrategia que el VAR no posee.
Escrito por Cristobal Pizarro
Soy un periodista y escritor especializado en noticias diarias de Chile. Me apasiona mantener a la gente informada sobre los eventos más recientes y significativos. Mi trabajo me permite conectar con diversas audiencias y ofrecerles una visión crítica y detallada de la actualidad. Además, disfruto de explorar y narrar las historias que afectan a nuestra sociedad diariamente.
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