Candida auris: todo lo que necesitas saber

Si alguna vez escuchaste el nombre Candida auris y no sabías de qué se trataba, no estás solo. Es un hongo que ha llamado la atención de médicos y pacientes porque es muy difícil de tratar y se ha difundido rápido en entornos de salud. En este artículo te explico de forma sencilla qué es, cómo se contagia y qué puedes hacer para evitarlo.

¿Qué es Candida auris y por qué es tan preocupante?

Candida auris es un tipo de hongo que vive en la piel y en áreas húmedas del cuerpo. A diferencia de otras especies de Candida, este hongo puede causar infecciones invasivas, entrando al torrente sanguíneo o a órganos internos. Lo que lo hace especialmente problemático es su alta resistencia a los antibióticos tradicionales llamados antifúngicos. Muchos tratamientos que funcionan contra otras infecciones fúngicas no son efectivos contra él, lo que complica la recuperación.

Otra razón de alarma es su capacidad para permanecer en superficies de hospitales, clínicas y centros de rehabilitación durante mucho tiempo. Esto favorece la transmisión entre pacientes, sobre todo a los que ya tienen el sistema inmune debilitado. Por eso, los brotes de Candida auris suelen aparecer en unidades de cuidados intensivos, blocos de quirófano y áreas donde se realizan procedimientos invasivos.

Síntomas más comunes

Los signos de una infección por Candida auris pueden variar según la zona del cuerpo afectada. Los síntomas más habituales incluyen:

  • Fiebre alta y escalofríos sin causa aparente.
  • Dolor en el pecho o dificultad para respirar si el hongo afecta los pulmones.
  • Enrojecimiento, hinchazón o dolor en una herida quirúrgica.
  • Infecciones del torrente sanguíneo que se manifiestan con fatiga, confusión o presión arterial baja.

Si notas cualquiera de estos signos y estás internado en un centro de salud, avisa de inmediato a tu médico. Detectar la infección a tiempo es clave para escoger el tratamiento adecuado.

Cómo se propaga

La forma más frecuente de transmisión es a través del contacto directo con superficies contaminadas: camas, sillas, monitores y equipos médicos pueden albergar el hongo. También se puede propagar de una persona a otra mediante el contacto con la piel o mediante objetos personales como toallas.

Los pacientes que llevan dispositivos invasivos (catéteres, respiradores, tubos de alimentación) son más vulnerables porque el hongo tiene acceso directo a su interior. Por eso, la higiene rigurosa y la desinfección constante son pasos esenciales para detener la propagación.

Prevención práctica para pacientes y profesionales

¿Qué puedes hacer para protegerte? Aquí tienes algunas recomendaciones fáciles de seguir:

  • Lávate las manos con agua y jabón o usa desinfectante a base de alcohol antes y después de tocar cualquier equipo médico.
  • Revisa la limpieza de la habitación donde te encuentras: la ropa de cama, las manijas de puertas y los pisos deben estar desinfectados regularmente.
  • Pregunta por los protocolos de control de infecciones del centro de salud. Los hospitales que tienen planes claros contra Candida auris reducen mucho el riesgo.
  • No compartas objetos personales como toallas, cepillos de dientes o ropa interior con otras personas.
  • Si tienes un catéter o cualquier dispositivo invasivo, pide al personal que revise su estado y lo cambie según las indicaciones.

Para los profesionales de la salud, la clave está en la vigilancia: tomar cultivos de rutina, identificar rápidamente los brotes y aplicar protocolos de aislamiento cuando se detecta un caso. Un buen entrenamiento del personal y auditorías constantes hacen que el hongo tenga menos oportunidades de multiplicarse.

¿Qué hacer si te diagnostican Candida auris?

El tratamiento suele requerir antifúngicos de última generación, como el efinaconazol o el ibrexafeno, y siempre bajo supervisión médica. No intentes automedicarte; la resistencia del hongo puede hacer que los medicamentos comunes no funcionen. Además, sigue al pie de la letra las indicaciones de aislamiento y cuidados de higiene para evitar que la infección se extienda a otros pacientes.

En resumen, Candida auris es un hongo resistente que puede causar infecciones graves, especialmente en entornos hospitalarios. Conocer sus síntomas, ser riguroso con la higiene y seguir las recomendaciones de los profesionales de la salud son las mejores armas para mantenerlo bajo control.

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