En la previa del partido decisivo entre River Plate y San Martín de Tucumán por la Copa Argentina, la noticia fue un balde de agua fría para los hinchas millonarios: Maxi Salas no estará en el banco ni entre los titulares. El delantero, que venía mostrando una rápida adaptación tras su llegada al club, quedó fuera de la convocatoria debido a una lesión que arrastra desde la fecha pasada. Esto obliga al cuerpo técnico a replantear la ofensiva en uno de los duelos más relevantes del año.
El parte médico fue claro. Salas sufre una molestia muscular que lo deja al margen de las canchas durante al menos dos o tres semanas. Esta situación recuerda lo que vivió hace poco Martínez Quarta, otro jugador fundamental para el equipo, quien pasó por una recuperación similar a raíz de un esguince de rodilla. En River nadie quiere apurar los tiempos; el riesgo de una recaída podría dejar a Salas fuera en etapas aún más cruciales del semestre.
El momento elegido por la lesión no podría ser peor para River Plate. Este cruce de octavos de final, programado para el 2 de agosto de 2025, es un punto de inflexión en la Copa Argentina, donde el margen de error es mínimo y cualquier baja puede cambiar el desarrollo del torneo. La ausencia del delantero argentino obliga a pensar alternativas en la delantera, justo cuando Salas venía consolidándose y ganando minutos de calidad. En los entrenamientos se le había visto bien, asociándose con sus compañeros y mostrándose como una opción interesante para el esquema de juego.
Sin su presencia, el técnico tendrá que apostar por otras variantes ofensivas. Algunos nombres empiezan a sonar con fuerza para cubrir el hueco: desde la experiencia de Borja, hasta la frescura de los chilenos Herrera y Solari. Ninguna opción ofrece exactamente lo que Salas había aportado: movilidad, presión y olfato de gol dentro del área. La plantilla deberá ajustar su funcionamiento colectivo para compensar esa ausencia y evitar que el equipo pierda peso en los últimos metros.
En medio de la incertidumbre, los hinchas discuten sobre los riesgos de forzar el regreso de los jugadores lesionados y la importancia de cuidar a las figuras en una agenda tan exigente. Nadie quiere que un plantel corto pague caro la sobrecarga. Por ahora, la recuperación será con calma, siempre siguiendo los criterios médicos y priorizando la salud del delantero.
River debe enfrentar, una vez más, el desafío de reinventarse en plena competencia. Con Salas fuera de combate, el mensaje está claro: ganar sin uno de sus referentes será una prueba de carácter y de fondo de armario en este plantel sediento de títulos.
Escrito por Cristobal Pizarro
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